Dicen que dicen

Dicen que desde los ordenadores de la hacienda guipuzcoana se registraron 204 accesos a los datos del contribuyente Jon Jauregi. Dicen que hay que recordar al portavoz del momento Koldo Azkoitia y al diputado Mujika asegurando con cara de cemento que era imposible la filtración desde el departamento. Dicen que hay que recordar al entonces presidente del EBB, Josu Jon Imaz, hablando de "hipótesis sin fundamento" y que sería de comparar esos 204 accesos impunes (de los que fijo que 202 eran injustificados) con los dos accesos a los datos del pasaporte del candidato Obama. Y que sería de recordar, dicen, como los yankees despidieron inmediatamente a ambos funcionarios. Por si Josu Jon Imaz quiere escribirlo en sus crónicas americanas en El Correo español. Dicen que Arzalluz también escribía mucho en este periódico y no le fue tan mal.

Dicen que Jon Jauregi tambien puede hacer públicos sus datos y acabar con toda esta historia, que ya huele y no muy bien. Dicen que al final sólo tiene que pagar a hacienda 803 euros, lo que le corresponde por ley. Dicen que con el sueldo que tuvo como alcalde y diputado no da para cinco casitas como cinco lobitos. Dicen que sólo tenía declaradas 2 como patrimonio, pero que al ser nombrado candidato a la diputación, aparecieron otras 3 "declaradas voluntariamente". Dicen que suena a chiste, pero es la realidad.

Dicen que el actual diputado de hacienda gipuzkoano, Pello González ha pedido permiso a Jauregi para divulgar los datos de la investigación tributaria a la que ha sido sometido. Dicen que Jauregi no ha dicho ni mu. Dicen que está callado por lo de la burbuja inmobiliaria, que afecta más a los propietarios de múltiples viviendas que a los pobres coitados de a pie.

Dicen que la cara de pasa de Joseba Egibar el otro día en Sabin Etxea era auténtica. Mientras Urkullu leía y Greaves sonreía, Egibar estaba carcomiéndose por dentro. Dicen que hace 8 años, cuando era el delfín, estaba por encima del bien y del mal. Dicen que ahora está más mal que bien. Dicen